De clones y caos: los videojuegos que quisieron ser el próximo GTA (y casi lo logran)

Si quieres escapar de la rutina con juegos que capturan la esencia de GTA (y a veces la retuercen hasta el absurdo), aquí tienes una lista indispensable para variar tu dosis de caos.

Confieso: la primera vez que robé un coche (virtualmente) en GTA sentí una mezcla entre culpa y euforia, como un niño que pilla la última galleta a medianoche. Pero pronto descubrí que el crimen digital no solo era adictivo, sino inspirador para decenas de desarrolladores intentando capturar esa chispa rebelde. Hoy me sumerjo en los mundos paralelos de los clones de GTA: algunos aprendieron la lección, otros… bueno, digamos que no todos los experimentos deberían salir del laboratorio. Prepara tu joystick: este viaje es tanto por la nostalgia como por el caos creativo.

De la imitación a la innovación: ¿qué define un buen ‘GTA clone’?

Cuando pienso en los GTA clones, lo primero que me viene a la cabeza es que copiar mecánicas no basta. “Clonar GTA es fácil, lo difícil es tener algo propio que decir”. Y es que, aunque muchos juegos similares a GTA han intentado replicar el caos y la libertad del mundo abierto, solo unos pocos logran destacar por su jugabilidad y humor únicos.

Por ejemplo, American Fugitive homenajea a los GTA clásicos, pero suma físicas modernas y entornos destructibles. No es solo nostalgia, es darle una vuelta de tuerca a las características del juego que tanto nos engancharon. Por otro lado, Retro City Rampage DX parodia la época dorada 2D y la cultura pop noventera, mezclando homenaje y sátira en cada misión.

Me encanta cuando un clon se atreve a cambiar la perspectiva: ser policía en vez de criminal, como en True Crime o The Precinct, añade profundidad y variedad. Y, por supuesto, la libertad de romperlo todo, como en el primer Crackdown, es puro placer culpable. Al final, la innovación y la variedad de misiones son lo que separa a los grandes clones del resto.

Entre el deber y el caos: moralidad y narrativa en los juegos tipo GTA

Siempre me ha fascinado cómo los juegos tipo GTA logran mezclar el caos con dilemas morales reales. True Crime: Streets of L.A. fue de los primeros en atreverse a darnos el control de un policía que, para cumplir su misión, a veces debe romper las reglas. Este juego no solo replicó la fórmula de mundo abierto y persecuciones, sino que introdujo un sistema de moralidad que realmente impacta la historia y mecánicas. Como dice el propio juego:

‘Puede ser un poli bueno o un poli malo, y esto acabará cambiando algunos aspectos de la trama del juego para llevarte a uno de sus tres finales.’

Me acuerdo de obsesionarme tanto con ser el “poli bueno” que casi arruiné mi experiencia, olvidando que el verdadero reto era decidir entre el deber y el caos. The Getaway también apostó por la narrativa y la investigación, sumergiéndonos en un Londres realista donde cada decisión pesa. Más tarde, L.A. Noire llevó el juego de moralidad a otro nivel, priorizando la investigación sobre la destrucción.

Al final, estos títulos demuestran que la profundidad narrativa y los dilemas éticos pueden hacer que un clon de GTA destaque, según muestra el análisis y comparación con otros juegos del género.

El humor como arma: del caos juguetón al absurdo total

Si algo aprendí explorando juegos similares a GTA es que la jugabilidad y humor pueden ser la clave para destacar. Lego City Undercover es el ejemplo perfecto: toma la fórmula de mundo abierto y la transforma en una parodia familiar, llena de puzzles y chistes visuales. Aquí, las características del juego giran en torno a la diversión y la creatividad, con disfraces y habilidades únicas que hacen que cada misión sea una excusa para reír.

Por otro lado, Saints Row The Third lleva el absurdo a otro nivel. ¿Quién necesita lógica cuando puedes hacerle un suplex a un viandante, lanzar frascos rellenos de pedos o hasta invocar un tiburón con una escopeta?

‘Puedes hacerle un suplex a un viandante, lanzar frascos rellenos de pedos o hasta invocar un tiburón con una escopeta.’

Aquí, la sátira se convierte en identidad y la personalización extrema es parte de la experiencia.

No puedo olvidar Los Simpsons Hit & Run, un juego de humor que convierte Springfield en un parque de caos y referencias pop. Y sí, confieso que a veces disfruto más causando desastres absurdos que completando misiones en serio. ¿Será que estos juegos son más terapéuticos de lo que parecen?

Mundos abiertos, limitaciones y libertad: ¿quién realmente rompe las reglas?

Si algo me fascina de los juegos de mundo abierto es esa sensación de poder hacer lo que me dé la gana. Just Cause 2, por ejemplo, lleva la destrucción y la verticalidad a otro nivel. No es solo recorrer el mapa, es saltar de un coche en marcha, ralentizar el tiempo y volar todo por los aires. Sus físicas son tan divertidas que, lo confieso, he pasado media hora jugando solo con ellas, sin tocar una misión principal. Esa libertad es su sello propio.

Luego está Watch Dogs 2, que mezcla el mundo abierto con hackeo y tecnología. Aquí, el crimen se reinventa: hackear semáforos puede ser tan emocionante como cualquier persecución. El juego apuesta por la creatividad y la exploración, y como dicen:

‘Nos vamos a San Francisco a conocer a un nuevo elenco de personajes con bastante más personalidad…’

El mapa es dinámico, invita a experimentar y a romper las reglas a tu manera.

Y no puedo dejar fuera a El Padrino. Un clon de GTA, sí, pero que respeta la esencia cinematográfica y te deja construir tu propio imperio criminal. Al final, el verdadero debate es: ¿vivimos un sandbox real o solo una ilusión de libertad? Cada título tiene su propia respuesta.

La apuesta por la narrativa: mafias, infiltración y drama digno de cine

Cuando pienso en juegos de mundo abierto que realmente han sabido diferenciarse del clásico caos de GTA, no puedo evitar hablar de Mafia II y Sleeping Dogs. Aquí, la historia y mecánicas toman el control, dejando de lado la simple destrucción para sumergirnos en tramas de mafias, infiltración y drama que parecen sacados del mejor cine negro. Mafia II, por ejemplo, no solo destaca por su jugabilidad, sino por la historia de Vito Scaletta y esa atmósfera tan cuidada. Como dice la frase:

‘Aquí importa la historia de Vito Escaletta, la atmósfera, la presentación, el combate, y esas misiones tan trabajadas y llenas de momentos impactantes.’

Por otro lado, Sleeping Dogs redefine el juego de acción con peleas cuerpo a cuerpo, sigilo y una ambientación en Hong Kong que es mucho más que un simple escenario: es un personaje más. Al analizar y comparar estos títulos, veo cómo las características del juego evolucionan, apostando por personajes complejos y destinos internacionales que aportan frescura. A veces, prefiero una buena escena dramática a romper récords de explosiones. Al final, estos juegos demuestran que la narrativa puede ser el motor principal de un juego de mundo abierto memorable.

TL;DR: Si quieres escapar de la rutina con juegos que capturan la esencia de GTA (y a veces la retuercen hasta el absurdo), aquí tienes una lista indispensable para variar tu dosis de caos.

Marcos
Marcos

Me apasiona la narrativa y cómo el entretenimiento digital influye en la sociedad. Me he especializado en el ámbito de los videojuegos y nuevas tecnologías, teniendo el provilegio de trabajar en diversas webs como redactor.

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